Lunes 25 de octubre de 2010 por Manuela Papino
Editorial: Atelier B A I E, diciembre de 2009
Textos : Jacques Maigne / Traducción : José Miguel González Marcen
Fotografías : Stéphane Barbier, Luis Castilla, Antoine Chosson, Jean-Louis Duzert, Michel Glaise, Derek Hudson, Paco Manzano, René Robert, Pascal Vecchi, etc.
Este año, en 2011, el Festival de Nîmes celebrará sus veinte y un año de existencia. Y aunque jamás se puede presumir de una larga vida porque el destino juega con todos de la misma manera, estamos sin embargo en confianza en cuanto a la trayectoria de este festival, cuya programación se revela hábilmente controlada y mimada por Patrick Bellito, el cual, con su mirada aguzada e intransigente, elabora minuciosamente, cada año, una semana heteróclita y pertinente que sabe satisfacer al público.
No hay otro secreto en este mundo del flamenco, hoy día tan extenso, que la mano firme de un verdadero aficionado que no se deja enfardelar por las tentaciones amistosas y las seducciones engañosas.
Es sobre esa realidad flamenca de Nimes, reconocida y apoyada por Andalucía, que las Ediciones Atelier B A I E publicaron " Flamenco en llamas ", una edición bilingüe, verdadero libro " de arte " de más de 200 páginas, contando con los textos de Jacques Maigne, y la colaboración de una decena de fotógrafos, entre los cuales encontramos a los famosos Jean-Louis Duzert y René Robert por ejemplo, o también a Luis Castilla, fotógrafo oficial de la Bienal de flamenco de Sevilla, así como unas fotos de la colección Pepe Linares y del Museo taurino de Nimes.
Un texto de introducción muy hermoso del mismo Fosforito, impone de entrada el respeto relativo a la presencia del flamenco en Francia. Así habla el maestro: " Francia, con su riquísima cultura musical, es una tierra ideal de acogida para nuestra música, una tierra cercana y cómplice ", añadiendo, " No hay ninguna duda de que Nimes sea una ciudad en la que el flamenco fluye con suavidad, de forma natural " […] " estoy aquí como en mi casa, más allá de las fronteras, en un lugar donde el flamenco surge espontáneamente".
Hay que saludar el trabajo de Jacques Maigne, que propone en primer lugar una exposición histórica sobre la llegada de los inmigrantes españoles a Nîmes y la difusión de su cultura, que permitió el desarrollo de un terreno favorable para la acogida del flamenco. Indisociable del medio taurino en esta región, la afición por el flamenco se crea poco a poco sobre unas raíces cada vez más sólidas, hasta crear en 1990 un Festival y un concurso, que se consolidaron con el tiempo, hasta imponerse al día de hoy como el “Festival de Flamenco de Nîmes”.
Recordando con sinceridad todo el historial del festival, Jacques Maigne cuenta la trayectoria caótica de sus inicios, saludando su programación a menudo visionaria, siempre acertada, e insiste sobre todo en el apoyo de los artistas y los actores locales, que no dudaron en ningún momento de la importancia que tomarían algún día sus esfuerzos.
Comprendemos entonces por qué, sin complejo ninguno, el libro mezcla a los artistas de Nimes y a las figuras españolas. Así, " Flamenco en llamas " propone una abundancia de fotos de todos ellos que hacen cada año el éxito del festival. Podemos ver a Pepe Linares, personaje indispensable del festival, al lado de Paco de Lucía, o también a La Rubia o Belén Maya, Chano Lobato, Manuel Molina, etc…
Otro capítulo, más personal, retrata el flamenco de hoy, sus artistas, su historia y su devenir próximo, mezclando varias reflexiones pertinentes que suscitan una mirada benévola, con una puesta en página muy variada que permite una lectura agradable y sencilla. La última parte del libro, volviendo poco a poco a la cuna del flamenco, no deja de rendir homenaje a Camarón, manteniendo el tono dado desde el principio del libro: el flamenco no es exclusivo de los artistas reconocidos. Allí, el texto parece dejarse guiar por las fotos, la mayoría de ellas antiguas, haciéndonos compartir el viaje del fotógrafo Derek Hudson, hasta el cementerio de San Fernando donde se para esta epopeya, en el silencio y el respeto por el que se convirtió, más que en un maestro, en un mito.
Y Maigne concluye este libro muy bonito y con identidad propia:
" Una luz deslumbrante baña
La estatua de bronce de Camarón de Isla
Situada sobre un panteón
De granito verde. "
“ Esa mañana, ya no quedan más que la luz, y la emoción, siempre la emoción… "
Manuela Papino
Fotos: Jean-Louis Duzert
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